El tito se acostó el viernes un poco tarde... buscando pastillas pa debajo de la lengua por todos los garitos que se encontró abiertos...
Como se equivocó de refresco... ¡Nada!... 2 de la madrugada, 2 y media, 3 y cuarto... cinco menos veinte de la mañana y suena la alarma del móvil (¿¡Pa qué!?) Arriba hermano, que seguro que a las cinco y cuarto estará la puerta de la sede hasta la bandera... ja, ja, ja, ...
El último, de cuyo nombre no quiero acordarme, ... llegó a las siete menos cuarto ¡Casi ná! Menos mal que dimos con Mariano que es un poco más "templao" que Juanito que si no...
Por cierto, como no hay mal que por bien no venga, pudimos amortizar un poco la cafetera y sacar algo para pagarle a Esther los dulces que nos había comprado en Cardeña... Eres genial, muchas gracias por estar siempre cuando se te necesita...
Arranca el autobús y ¡Claro! El coro de Bujalance nos tuvo que llamar... ¡No sé por qué!
Mientras tanto, alguno agradeció que el viaje durase tanto ¿Eh , Quique? Tal vez hubieses preferido que llegásemos a San Sebastián... ¡Peeeero, nos quedamos en Madrid!
¿Ambiente en el autobús? Bueeeeno, no sée....
Tras casi cinco horas de camino, nuestra expedición aterrizó en la capital de España, en la Feria de Madrid. Tomamos los bártulos y tras hacer cuatrocientos metros lisos con viento de costado, nos detuvimos a las puertas de la Feria para esperar a nuestra adelantada del consistorio adamuceño (vamos, Marisol Regalón) y nos hicimos unas fotitos.
Ya en el recibidor de Fitur, y tras solventar unos problemas de tamaño con el cajón de Farru, el tambor de Andrés y los portrajes de las niñas en el tunel del escaner de seguridad, pudimos hacer algunas fotos porque el expectáculo prometía.
A nuestra llegada al pabellón 3, donde Andalucía se mostraba al mundo entero con su impresionante oferta cultural y turística al visitante que se asoma a nuestros balcones y ventanas, decidimos ataviarnos con nuestros trajes de corto en el camerino que la Excma. Diputación de Córdoba nos tenía preparado en el Stand de Córdoba, nos conectamos a internet para estar al día en cuanto a las "últimas técnicas de imagen e impacto visual" (siiii, ahora se llamas así, señores) y nos fuimos, por pequeños grupos (es decir, cada uno a su bola) para disfrutar del pabellón de nuestra tierra. Por cierto, un diez para los diseñadores de los muchos stand de capitales y ciudades insignia allí representados.
El Stand de Córdoba nos gustó mucho porque en su parte central reinaba una impresionante fotografía de nuestro monumento más universal nuestra Mezquita.
Tras este breve pero intenso e
íntimo "paseo por Andalucía", nos acercamos hasta el escenario del pabellón donde pudimos disfrutar de la magnífica actuación de nuestro compañeros de expedición, el coro San Isidro de Bujalance. Desde este blog, les enviamos un muy cordial saludo, esperando que pronto podamos disfrutar de un buen rato de cante, juntos.
Al término de su actuación, preparamos todo y El Coro Romero Virgen del Sol subió al escenario. Rompimos el hielo con nuestros fandangos "Por el camino" a los que siguió la hermosa sevillana de los Cantores de Híspalis "Volar", un paseo por temas de nuestro primer disco, para terminar con el tema de nuestro Manuel Gavilán "El gato", tras pasar por popurris de sevillanas (la minifalda, me casé con un enano) y la archiconocida "Yo quisiera decirle que la quiero". El ambiente se llegó a caldear hasta tal punto que, al término de nuestra actuación,... bueno, el espectáculo que teníamos frente a nosotros se grabó en nuestras retinas y se aferró,
mucho, mucho, en nuestros corazones.
Tras la actuación, nos agasajaron, a ambos coros así como a nuestros acompañantes, con un tentempié tan copioso que, casi, casi, nos tumba. Gracias a los chicos de la escuela cordobesa de hostelería y en especial al restaurante Bodegas Campos. Una comida que, más que formidable, fue digna de un banquete de dioses. Muchas gracias a este pedazo de profesionales.
Y tras este almuerzo, pues nada, decidimos irnos de viaje, a pie, a paises como Brasíl, Cuba, México, Colombia, ... Una experiencia formidable, porque Fitur es, sencillamente, una pasada (algunos se quedaron por aquí más cerca, pero bueno,...).
A la vuelta de nuestra gira mundial, el arte se hizo cante, compás, palmas y cajón y no pudimos más que liar el tangai en nuestro stand. Hasta tal punto la liamos que el espectáculo que había en ese momento en el escenario se quedó sin público para hacernos un corro formidable. Sentimos esta circunstancia, y nos disculpamos con todos nuestros respetos, pero los nenes son tremendos. Allí se materializó "Aquí pongo la era" y con ellos, como sabemos, el espectáculo está asegurado.
A las siete, despues de estar esperando a Rocío un buen rato (resultando que despues estaba en el autobús), pusimos rumbo a Córdoba. Por el camino, yo no sé si es que la gente añoraba Fitur o que, sencillamente, la fuerza de algunos ronquidos traspasaba la barrera del sonido. Cuando nos paramos a cenar a más de uno se le hizo largo el bocado por el rato que tuvo que esperar para un bocadillo de nada, pero otros dimos buena cuenta de un bocata de morcilla que le había regalado a Quique un simpático camarero...
Lo mejor del viaje, la nueva vuelta de tuerca a los lazos de unión que hacen de este coro una gran familia que se nutre en su diversidad y disfruta cantando .
Lo peor, las casi diez horas de autobús y los baches en Despeñaperros, pero bueno, como dice el viejo refrán "palos con gusto saben a almendras..."
MAÑANA PONDRÉ MÁS FOTOS, LO PROMETO.