Todo un año en espera de
hacer el Camino con nuestro Bendito Simpecado. Todo un ciclo anual, con sus pasiones, sus avatares, sus aciertos y errores
conviviendo como grupo, cantando por esos caminos, por ermitas y ferias. Un año
de convivencia en el Coro Romero Virgen del Sol, que culmina detrás de la
carreta florecida, con la imagen de nuestra Señora. A verla, penitentes,
romeros de tierra adentro, con los labios bañados en corazón para cantarle
nuestra Salve a Santa María del Sol.
Ya, empezamos el camino,
en la Noche Romera ,
trabajando como siempre por un proyecto común y empujándole a la carreta, para
que ante San Andrés Apóstol adornara de sentimientos y color nuestro expuesto
Simpecado, en esa noche festiva.
El sábado: organización de romería, ensayos de misa, adornos de carreta. Paquita María, florista mayor, ponía su buen hacer en las filigranas florales y en las piñas floridas. Azucenas doradas, blancas margaritas, rosas pequeñas, entalladas lilas…Ya la emoción se iba acrecentando en el pecho, al colocar al azul bendito Simpecado, se hacia un nudo interior que solo se desata con el fluir de las lágrimas.
Y el domingo Romería. A
las siete de la mañana el primer
alboroto. Carrillos e intendencia. A las ocho la yunta llega. Que salero, traen
las bestias, que ganas de agarrar el Simpecado. Las cinchas se aprietan. Sale a
la puerta de la sede la carreta. El Primer cohete…Fssssssssss….Pun… Cohetero
mayor, Juan Arenas.
Concurre a llegar nuestra
gente… familias enteras de azul celeste y oro, todos, los colores de nuestra
Reina.
Son las ocho y veinte.
Suena la flauta y el tamboril. Empieza el Camino. Tintinean las campanillas por
la Tremesina. Con
lleno en la Puerta
de la Villa ,
desfila la carreta del Simpecado. La adamuceños se persignan. Algunos se quedan
con la boca abierta… detrás vamos el coro y nuestras familias a pie, romeros
con el alma de oraciones llena… Las primeras emociones, para algunos la vez
primera.
El Simpecado se pone a la
cabeza. Las carrozas multiplican el colorido. Los caballos adornados de jinetes
retozan de impaciencia.
Echamos
a andar la comitiva. Primera parada en Mohínos. El primer café, la primera
cerveza. A llegar a la Dehesa Vieja ,
un nuevo camino de los de siempre, de roja tierra adamuceña. Los cerdos y las
encinas, después olivares de verde plata y esperanza en ser pan de nuestro
pueblo, claman de sed al paso de la carreta. Parada en Pedro Gil, bautizo con
agua embotellada. Para siempre en nombre de María, algunos romeros y romeras se
bautizan con nombre de devoción: María de los Montes, Estrella Luminosa,
Romerita de las Cumbres…
Ahora la cuesta. Tiran los
mulos con fuerza, el Simpecado bendito, balancea...Los niños agarrados a la
barra de promesas…El sudor cae lluvioso, se empapan las camisas, ya se huele
que la Ermita
esta cerca. Que bien se ha quedado el camino, para hacerlo a pie… Ahora la
antigua carretera… El tamboril lanza golpes en el viento, la flauta trina
romera…
Y llega a la ermita la Carreta. Son las 11.30.
Desciende el Bendito Simpecado y vamos presurosos a rendir pleitesía a nuestra
Reina, Señora de los Cielos, Madre nuestra. El corazón en un puño, la lagrima
en el surco del ojo, la oración suena serena.
Ahora el Santo Rosario.
Después la Santa Misa.
Nuestro Coro la canta rezando con el
alma y el corazón puestos en los labios. Emociones que encienden pasiones de
devoción y fe mariana. El Hermano mayor Pedro Grande, se lanza por colombianas.
Expectación en los asistentes. Alegrías y aplausos. Continuamos la misa. Al
final nuestra Salve mariana hace que algunos acabemos llorando. Cuantas
sensaciones encontradas cuando en el pecho llevas un altar de fe y amor a María
del Sol. Nos abrazamos de alegría unos a otros. El camino esta andado.
Ahora
a los humilladeros. Empieza la jarana. Las risas, la convivencia, las alegres
sevillanas, los cantos. La vida es camino y oración, pero mejor con una copa de
buen vino en las manos. Y si es entre buenos amigos, mejor.
A
la cinco y media de nuevo la Salve. Oración y
despedida. Nuevas emociones en nuestro interior. Gracias Madre del Sol por el
camino 2012, y por nuestro Coro. Gracias por tu luz. No dejes de iluminar
nuestros corazones, es por Ti, que nuestras vidas y nuestras obras como
colectivo tienen sentido. Dios te Salve, Reina Y Madre, esperanza nuestra,
siempre agradecidos.