¡Que fin de semana! Cuantos buenos momentos
compartidos entre pequeños y mayores. La noche en vela de imaginaria, los dos campamentos y la cháchara que no
callaba…
Bajo un sol de justicia, empezamos el sábado, a
pie, el camino por huertas con olor a membrillos y relucientes granadas, un
grupo de 70 personas, entre miembros del coro, los niños de postcomunión de la parroquia de San Andrés, y un grupo de amigos que nos acompañaron.
Tras varias paradas y quejas de la rapidez de
quien marcaba el paso, llegamos a El Cerro. A saludar a la Patrona , Nuestra Madre del
Sol. Y después la que se lió: a montar el campamento, por aquí una tienda, por
aquí un viento, las piquetas, esto como se monta, esto no encuadra, En fin, poco a poco fue cuadrando todo y
encajando las piezas del puzzle que ha sido nuestra primera acampada de
romeros. Las tiendas como un nuevo poblado de colonización, parecía más un
asentamiento nómada de inmigrantes que un campamento de convivencia.
Llegó la sesión de catequesis, cena y lo mejor:
Los juegos de campamento: Magia, humor, baile, karaoke y sobre todo muchas
ganas de estar “agustito”. A una hora
prudencial, se toco silencio. Y es lo que no hubo: Entonces empezó de verdad el
cacareo. Pollos y pollitas, mayores y pequeños en el silencio de la noche y
bajo las lonas empezaban a contar confidencias, bromas y cachondeos, algún escape ventoso. Y algunos de
imaginaria inutilmente reclamando
silencio.
Pero nada, que amaneció, y entre risas y buen rollito, pero con cara de
sueño, nos saciamos de chocolate y churros, hasta ponernos “puos” Después desmontamos con tristeza nuestro
campamento, y los niños de postcomunión prepararon la misa, que en honor de
Nuestra Patrona celebramos a las 13.00 horas. Despedida y cierre de esta nueva aventura organizada por el Coro
Romero y donde ha colaborado los niños de la
Parroquia San Andrés.
A continuación, que buen perolón de arroz nos esperaba en nuestra sede. Sin desperdicio el fin de semana.
D.G.M.
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