Pa que luego digan... que mi niño no me come bien...

Este domingo, 9 de noviembre hemos visitado a la Señora, en su casa de invierno, en la ermita de El Cerro. El día se mostró espléndido, con un sol radiante y un azul del cielo que quitaba el hipo. Además, Ángel, Isa y sus niñas ¡llegaron a la ermita antes de la una menos veinte!¡Qué nivel! Algunos, sin embargo, se perderían por el camino o algo porque llegaron a eso de la una y cinco. Ofrecimos nuestras canciones a la Reina del Cielo, María Santísima del Sol. Emotivamente, nuestra amiga Toñi Díaz nos acompañó, medalla al cuello, durante el canto de la salve. Un besito Antoñita, preciosa. La Virgen está contigo, sirmpre. Acto seguido, tuvimos un almuerzo en el que se degustaron platos típicos...

...Los delgaditos palos de olivo que nos prestó el santero (acarreados por nuestros forzudos Parrita y Gavilán) hiceron unas ascuas de miedo para que el choricito y las sardinas bailasen, al compás de sevillanas, con una alegría que, a los cocineros Pedro Pablo, Juanjo y Cayetano (a quien agradecemos, junto a Marí, su esposa e hijos, su compañía) no debemos de dejar de agradecer.

El ajetreo en torno al chaparro de la Virgen era tremendo. Esmeralda, Conchi, Eva, Isa, la madre de JC, Maribel, Ana Lourdes, Mari Díaz, Mari-esposa de Paco-,... Paco veeenga a arrimar por allí cervecita y galipuche del que preparó,... En fin que las navajas volaban entre sus manos para preparar el delicioso salmorejo que nos metimos y pelar las naranjas para las miguitas de las que dimos buena cuenta (por cierto que el maestro, sentadito en una piedra y todo no se pudo resistir a apurarlas -más tarde, pa de postre, se ahiló dos yogurcitos de Mickey Mouse creo que sabor macedonia, amén de un cachito de dulce de los que compró Paco-). ¡Qué sacrificio, qué sacrificio!

La cervecita, buenísima, frrresca, frresca, los rebujitos de Paco, tremendos, la charla, amena y, en muchas ocasiones, al calor de la candela, el partidito de futbol en el que participaron nuestros niños, acompañados de Esmeralda y de Jose Carlos, entretenido.

Y luego, el susto que se llevaron dos cuando, por arte de magia, no sabemos ni cómo ni porqué -y qué me gusta a mí, que disfrutar con mi gente, salir con el calorcito...- poooooooonnn, macetazo que te crió ¡qué susto, madre mía!... Menos mal que Manuel es todo un caballero y, en esta ocasión, le tocó pagar los platos rotos. ¡Ole, ole, ole!

Al maestro, como es un vivo, y no se le escapa una ¡nos hizo ensayar en día de fiesta! ¿no queríais villancicos? Toooma dos tazas.

La noche no acabó demasiado tarde, pero lo hizo, al final en casa de Pepe y de Conchi. Allí, acompañados un ratito por Bernardo y Jose, escuchamos buena música, el Farru -que no se si se levantó o no en el video que vimos-, Maribel, el Parri, Manolito (amarrao al móvil), la tita Mari, Esmeralda y el presi. ¡Toootal!

Después de un día tan bonito, Romeros, ante todo y sobre todo sólo nos queda gritar...

¡Viva la Santísima Virgen del Sol y este Coro Romero que lleva Su Nombre!